belleza ladey

Hace algunos años estuve trabajando y viviendo en Madrid. El ritmo era frenético y mi jornada de trabajo no tenía fin. Los fines de semana me venía para Sevilla con mucho más trabajo por hacer, por lo que nunca disfrutaba de mi tiempo libre. Pensé que el día que formara mi propia familia, no tendría tiempo para dedicarles, y eso me llevó a pararme en seco y tomar una decisión, dificil pero que ahora viendola desde la perspectiva que da el tiempo, me parece totalmente acertada: romper con esa rutina, sacrificando mi puesto de trabajo (en un Laboratorio Farmacéutico Multinacional), y regresar a Sevilla, donde volviera a ser "dueña" de mi tiempo libre y aunque con un sueldo mucho más modesto, ser mucho más felíz...........

Desde entonces, veo Madrid con otros ojos. No es una ciudad en la que yo viviría, pero que me encanta visitar. Cada vez es más cosmopolita si cabe, y hay momentos en los que si cierras los ojos, no sabes si te encuentras en Madrid, Paris, Londres o NY...

La abrumadora oferta gastronómica y cultural, así como los innumerables establecimientos de todo tipo, hacen que viajar a Madrid se convierta en una ocasión especial de hacer cosas que no puedo hacer habitualmente en mi ciudad.

El domingo a las 7 de la mañana, salimos en coche mi amado esposo y yo hacia Madrid. Era una ocasión especial. Viajábamos sin nuestra niña y con un objetivo muy concreto. (desde aquí quiero agradecer a mi madre su ayuda incondicionaL....TE QUIERO MAMÁ!!!!) 

Nos alojamos en el maravilloso Hotel Eurostars Madrid Tower, en plena Castellana, cerquita de la Plaza de Castilla.

Desde la planta 24, Madrid es aún más grandiosa...